jueves, 26 de febrero de 2009

Cómo cambia la historia...

Hoy me enterado de la verdad sobre un rumor y era justo al revés de como me lo habían contado. Al final, me ha dado mucho, pero que mucho que pensar cómo pueden joder a la peña, simplemente sin contar toda una historia o cambiando de orden los elementos de ésta.

Me ha recordado a este vídeo en plan versión feliz.

"Conozca a Jack Torrance. Es un escritor en busca de inspiración. Conozca a Danny, un niño en busca de un papá. Y es que Jack no puede acabar su libro. Pero, ahora..., a veces, lo que más necesitamos está justo a la vuelta de la esquina. El resplandor..."




4 comentarios:

jc dijo...

Yo prefiero la version corta de 30 segundos http://www.angryalien.com/0504/shiningbunnies.html

red rum red rum!!!

J. dijo...

La verdad es que me acabas de recordar la página esta, tiene varias realmente buenas.

Juan dijo...

Pero cuenta el rumor, quillo. Ya estamos muy mayores para McGuffins y demás.

J. dijo...

Es una historia un poco follonera, además no conocéis a las personas implicadas, pero bueno, pensándolo bien, así da igual que lo cuente.

Rumorean de llamémosla, Leovigilda, que le está poniendo los cuernos con Chindasvinto a su novio Sigerico.

Leovigilda está hecha polvo por el bulo y va en busca de consuelo a casa de su amiga Lugerica.

Su amiga le invita a tomar una cerveza en un bar, pero antes de irse, va a su dormitorio a coger un colgante y Lugerica se lo enseña.

Leovigilda observa que bajo la cama hay unos calcetines de su novio que ella le regaló (vaya mierda de regalo).

Entonces se entera de que la cornuda es ella misma.

¿Dónde queda Chindasvinto en todos esto, os preguntaréis?

Pues Chindasvinto se hace el loco porque no quiere que se enteren de que le debe dinero a Lugerica, ya que es ludópata, enfermedad que comparte con la hermana de Leovigilda, la cual ha accedido en ocasiones a tener sexo con él a cambio de dinero para las tragaperras.

Pues esta sencilla historia me la habían contado pero al revés o yo no sé ya como me la contaron, en fin...