Ahí está el príncipe gitano con gesto impasible, desgranando con un par, este clásico con ese acento que aprendió in the ghetto güan nei en deprésion, ya que le cerraron Opening al poco de empezar las clases.
Recomiendo encarecidamente que nadie se pierda su versión del Ob la di, ob la dá, pasado por la rumbeadora, o su Delilah de Tom Jones cantándosela a la oreja a una señora mayor que asiente resignada.
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