martes, 9 de febrero de 2010

Déjame entrar

Una peli de vampiros sin Drácula, sin castillo, sin ataúd, ni ajos, ni estacazo que te crió.

Atmósfera gélida en tierras escandinavas para una historia oscura de amor, donde la tristeza se mezcla con la sangre y te deja alucinado.

Eso sí, quien quiera un ritmo trepidante mejor que busque en otro sitio. Esta película de Tomas Alfredson es para disfrutarla sin prisas, aunque no aburre en ningún momento.

Una de las mejores películas de terror, que no de sustos,(que es a lo que nos tienen acostumbrados últimamente), que he visto en mucho tiempo.

No hay comentarios: