Llego al hospital. Sala 6 me dice la carta. Pero la sala 6 no aparece por ningún lado. Pregunto a un celador. Me indica mal. Recorro pasillos y pasillos con camillas aparcadas con gente jodidamente enferma.
Sigo la línea azul del suelo, pero nada. Pregunto a una limpiadora, me dice que eso está a la entrada. Voy para allá, pero es la consulta 6 no la sala 6. Vuelta a empezar en esta miniciudad de luz enfermiza y olor a desinfectante atroz.
Consigo llegar de vuelta y me encuentro a otro celador. Me dice que lo que busco está enfrente donde hay un señor mortalmente aburrido. Miro por encima de él y pone sala 13. "Es que están reformando algunas partes", me dice con una cara que es el mapa de la ineficacia. "Sí, supongo que el plan E también ha llegado aquí", respondo cansado y borde.
Salgo, vuelvo a ver gente en camillas por los pasillos, esta vez para variar veo a una señora que está directamente agonizando. Menos mal que me sé la salida de memoria de tanto andar, los carteles son escasos y confusos.
Llego a la puerta, deseando pensar en algo bonito. No se me ocurre nada. En un coche hay un friki escuchando a Sidney Bechet. Sólo un friki puede estar escuchando en Córdoba a 40º grados a la sombra una cosa tan buena.
A veces hay casualidades o causalidades, vaya Vd. a saber, que te dan que pensar la vida no es tan puta o, al menos, una puta con la cara recién lavada.
4 comentarios:
¿Pero es grave o no?
Me duele sólo cuando me río...
Así estás de mala folláh granaína !!!
Anda, que tú estás más en Graná que yo!
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