lunes, 10 de agosto de 2009

Escocia

Bueno, pues ya estoy de vuelta de tierras escocesas.

Zonas donde dormimos: Edimburgo, Inverness, Aberdeen, Stirling y vuelta a Glasgow.

Edimburgo. Muy señorial con su Royal Mile, el castillo, montones de pubs con encanto (el Deacon Brodie's fue el que más me gustó) y un tour por la zona del interior del puente con historias de fantasmas, contrabandistas, venta de cadáveres a universidades y tiempos de calamidad a cargo de una guía que era clavaíta a Nuria González.

Muy bonita la ciudad.


Inverness. Sólo por el camino hasta Inverness vale la pena ir. Valles verdes con cascadas desdibujados por la niebla, un baño de naturaleza para los ojos. Luego en Inverness en sí, un paseo al lado del río tras bajar del castillo contemplando el pueblo es una gozada.

Como pub recomiendo el Hootanannie donde hubo música tradicional en vivo y nosotros entregados marcando el ritmo a base de palmadas en la mesa. Al final, todo el mundo se nos unió y hasta cayó el famoso Loch Lomond en uno de esos momentos para recordar toda la vida.


Aberdeen. La ciudad de granito, construcciones impresiones y majestuosas, aunque tengo la sensación de que no le sacamos todo el provecho por poca planificación. Vimos el College y la catedral de Saint Andrews. El alojamiento en Craibstone cerca de allí realmente magnífico, todo un remanso de paz, conversaciones incluídas con un borrachín del Celtic que le pegaba a la Strongbow (sidra) cosa mala.

Stirling. De lo que más me gustó, sencillamente espectacular. No tiene desperdicio, desde su iglesia de la Holy Rude, a su cementerio por el que paseamos de noche no sin cierto acojone, a su antigua prisión o el castillo de Stirling, todo es disfrute.

Luego el monumento a William Wallace está muy bien, la primera planta dedicada a contar su historia (con holograma de su cara incluído y la enorme espada que usaba). Las otras plantas son para otros personajes escoces ilustres como James Watt, Walter Scott o Adam Smith y arriba del todo, vista espectaculares sobre la zona. Realmente épico.

A destacar también The Corn Exchange, un pub cojonudo.

Glasgow. Llegamos por la tarde y sólo me dió tiempo de ver tabernas típicas. La verdad es que se dejan una pasta allí en montarlas. Mucho roble, vidrieras, varias plantas y algunas hasta con distintos ambientes, por ejemplo, una tenía la parte de la izquierda en plan medieval y la derecha estilo irlandés, una pasada.

Verdaderos templos cerveceros allí donde puedes escuchar entero nada más entrar como fue mi caso, Bohemian Rapsody y las puretas haciendo air guitar cuando llegaba la parte de "So you think you can love and leave me to die...". Sorprendente la cantidad de señoras mayores trasegando bebidas espirituosas por allí.

Entre medias de esas ciudades vimos maravillas como el castillo de Urqhart a la vera del Lago Ness, la catedral de Elgin, la fábrica de Glennfidich en Dufftown con una guía que era una guerrera del norte con voz de caramelo, el castillo de Dunnottar que tiene unas vistas sobrecogedoras, Pennan, para mí el pueblo más tranquilo del mundo donde se rodaron localizaciones de Local Hero (toda una historia lo de la cabina telefónica) o el faro de Stonehaven.

A destacar también su gente, realmente amable y extrovertida, chicas guapas y grandotas realmente agradables, educadas y con alegría de vivir, cosa que te conforta viendo tanta siesa suelta en Córdoba.

Excelente cerveza, mala comida con horarios escoceses (menos mal que había cocina en los hostels y la comida hindú no está mal para los que nos gusta el pique).

En fin, que me ha encantao, la próxima vez veré Glasgow con tiempo y caerá la isla de Skye con el castillo de Eilean Donan.



2 comentarios:

corduba dijo...

E
N
V
I
D
I
A

C
O
C
H
I
N
A

J. dijo...

Bueno, bueno, no te quejes que ya te queda menos para la Manga del Mar Menor.