Ayer en la noche blanca del flamenco, había una cosa de las más raras que he visto nunca. Era una especie de pasadizo de tela negra puesto al lado de la iglesia de San Nicolás.
Dentro había cajas con alfileres, una corona de espinas sobre raso rojo, unos cuchillos plantados en tierra con la punta hacia arriba atravesando una planta roja, en fin, tela de raro y siniestro. Por cierto si alguien sabe de una peli donde sale alguien que tosía y escupía alfileres, que me diga cuál era.
Me recordó a toda la historia esta de hechizos, conjuros, que si el hoodoo, que si el vudú, que si el black cat bone, la suerte del ganador y el famoso mojo.
¿Y qué es un mojo? ¿Qué narices tiene un mojo?. Iba a preguntarle a Caco Senante, pero ese era otro mojo y además se lo había comido tó. Por otro lado, tampoco era cuestión de mirarlo por Austin Powers.
El mojo es una bolsa de franela frecuentemente roja, aunque puede ser de otros colores según el uso que se le quiera dar.
Dentro hay hierbas varias como raíz de Juan el Conquistador, un par de imanes, una moneda del año de nacimiento del que la lleva, una oración escrita en pergamino, 7 o 13 habichuelas mojo africanas, etc. En fin, la leche.
Todo esto para hacer conjuros para atraer la suerte en el juego (mojo hand), tías buenas, (got my mojo workin' but it just don't work on you), pasta o hasta para tener curro fijo, en resumen, otro sacadineros que da muy mal rollo y que queda muy bien para las canciones de blues o pelis como El corazón del ángel.
Mejor quedémosnos con I put a spell on you de Screamin' Jay Hawkins y el de la Creedence Clearwater Revival con ese John Fogerty que veré dentro de muy poco en el Festival de la Guitarra de Córdoba.
Screamin' Jay Hawkins
Creedence Clearwater Revival
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