Bueno, pues ya pasó el XXX Festival de la Guitarra de este año. Ahí va un resumen de los conciertos a los que asistí.
Serrat
Al principio iba predispuesto a que me gustara, la mejor clase de literatura que tuve fue una en que llegamos a clase y nuestra profesora empezó con eso de "Umbrío por la pena, casi bruno, porque la pena tizna cuando estalla...". Comenzó Serrat disculpándose diciendo que era un concierto cerrado, sólo con versos de Miguel Hernández por motivo del centenario de su nacimiento.
Y ya empezamos la jodienda. ¿Por qué tienen que ser siempre los aniversarios múltiplos de 5 o 10? ¿Y por qué tiene que ser un concierto cerrado? Vale que sea el aniversario, pero la gente, aparte de ir a escuchar versos de Miguel Hernández, va a ver a Serrat y espera escuchar temas suyos. Cierto es que el Nano se disculpó diciendo que volvería en otra ocasión y tocaría grandes éxitos "y hasta discos dedicados", pero estas cosas se avisan en el cartel, no ya dentro del concierto.
Por lo demás, buen concierto con un Serrat con una voz en muy buen estado de forma con momentos espléndidos como un algo acelerado "Menos tu vientre" o ese preludio en el que Serrat nos cuenta cómo estando Miguel Hernández en la cárcel recibe una carta de su esposa Josefina contándole que ya sólo les queda una vieja gallina como recurso para comer, ya que la última cabra con cuya leche alimentaban a su hijo, se la han llevado.
Miguel, al enterarse de esto, desde su celda escribe lo que sigue y todo el Teatro de la Axerquía aplaude con un nudo de rabia y tristeza en la garganta por lo que pasó.
Deep Purple
En los minutos previos al comienzo del concierto se olía en el ambiente que se avecinaba algo grande, sonó Rockin' in the free world de Young y lo que era intuición se volvió certeza.
Comienzan con Highway star y la gente nota extraña la voz de Ian Gillan. Le sigue Strange kind of woman, una de mis favoritas y al final de la canción en el duelo voz-guitarra, se entona y vuelve la tranquilidad al respetable.
El concierto transcurre en un ambiente de camaradería entre ellos como en pocos grupos de los que haya visto. Un Gillan bromeando con sus compañeros, Ian Paice haciendo magia con su batería y un Roger Glover con pinta de abuelete venerable entregado con el público.
Mención especial para Steve Morse, que a la vez que desplegaba todo su arsenal de recursos guitarreros, tenía una sonrisa de oreja a oreja durante todo el concierto, agradeciendo la entrega del público.
A la que vez que nos mostraba sus guitarras Music Man y amplificadores Engl, Steve brilló con luz propia con esa forma de tocar punteando cada nota con la púa (picking) frente al típico fraseo de rock que tira más para el estilo legato, o sea, con una articulación basada en ligados ascendentes y descendentes.
En la intro de When a blind man cries, para mí la canción de esa noche, Morse hizo un despliegue de medios con sus intros arpegiadas, efectos de violín jugando con el volumen, uso de palanca de vibrato y un saber dosificar los efectos magistral.
Siguieron canciones como Knocking at back door, Lazy, Perfect Strangers, (con corte eléctrico de un par de minutos incluido), un Space truckin' soberbio, como no Smoke on the water para redondear la noche y como bis Hush (con una intro del Going down) y Black night.
En esta ocasión meritoria fue la labor de Pilar Cobos, periodista del Diario Córdoba, quien consiguió viajar en el tiempo y ver a los Purple tocar Child in time en el Festival de la Guitarra de este año. Sabido es que esta canción es una de las más difíciles de cantar por sus agudos extremos y que Ian no podría cantarla ahora ni aunque un tiraboleiro le meciera las pelotas.
Johnny Winter
Sabía a lo que iba en este concierto, sabía que iba a ver a un señor con la salud deteriorada y que tocando no está al 100% ni en precisión ni en velocidad, pero aún enfermo, este bluesman deja callado al cabo de un turnaround a más de un guitarrista la mar de sano.
Empezó la banda de acompañamiento con un tema instrumental, con un guitarrista competente pero con una señal demasiado procesada en chorus. Al término de la intro, llega Winter por su pie pero con evidentes problemas para andar, se sienta y coge su Steinberger que tiene al lado en un monitor y empieza con un instrumental que enlaza con otro que es nada menos que Hideaway de Freddie King.
Johnny toca con los ojos cerrados todo el tiempo y a cada canción da un trago a una botella de agua que tiene a su lado. La cosa se calienta con uno de mis temas favoritos, She likes to boogie real low, después continúa con el clásico Good morning little schoolgirl, Miss Ann, un Blackjack con muy mala leche, para seguir con "I'm tore down", esta vez con el batería cantando.
Toca Lone Wolf y le sigue un Don't take advantage of me que suena brutal, la gente aplaude con entusiasmo y por un momento se pone el teatro a media luz y Winter entreabre los ojos, como saliendo de un duermevela y en su rostro se pudo ver una expresión de agradecimiento que me conmovió.
Hace su tributo a Hendrix con Red house, sigue con Bony Maronie y nos hace creer que esto se acaba con It's all over now. Pero la gente está calentita y sale de nuevo con su Gibson Firebird.
Cae primero Mojo boogie con un slide a veces algo errático, pero acaba con un Highway 61 realmente brillante, con un solo lleno de ideas y con guiños al final al Third stone from the sun, de nuevo Hendrix para guiarnos en el camino y unos acordes finales que me recuerdan al final del Stone dead forever de Motörhead, aunque podría ser también el de otra canción. ¿Sugerencias?
La gente se tira bastantes minutos aplaudiendo a rabiar, pero el espectáculo se ha acabado. Ha sido 1 hora y media casi de concierto y salgo con algunas buenas ideas para fraseos. No se puede pedir más.
Joe Bonamassa
Fue un buen concierto pero con demasiada pirotecnia guitarrera que encantaba al público pero a mí más de una vez me dejaba frío. Canta bien, pero se contiene, ejemplo perfecto de ello fue las versiones de So many roads de Otis Rush y Young man blues de The who, canciones en las que se echaba de menos más rajo en la voz.
Sin embargo en temas como la sensacional Sloe Gin y Blues deluxe se dejó llevar y nos dejó a todos pasmados ante unos solos bien paridos, dosificados a ratos y lanzados en otros y con montones de ideas melódicas por todos lados.
Acabó con un Bird on a wire de Cohen con un solo sencillo pero precioso y Just got paid de los ZZ Top, con referencias en la intro y en el solo completo a Dazed and confused de los Zeppelin. En ese momento me entraron ganas de que empezara el concierto de nuevo, ahí sí que me puse calentito.
Paco de Lucía
Noche de calor, ¡joé qué caló!. Con Antonio Sánchez a la otra guitarra, el Piraña en la percusión, El Farruco al baile, Alain Pérez al bajo, Antonio Serrano a la armónica y teclados y Duquende y David Maldonado al cante, salieron a escena y como siempre se armó bien armada desde que empezó con su soleá Antonia hasta el final con Entre dos aguas y un baile por parte del hijo de El Farruco, ya con el equipo de sonido apagado, que dejó encantado al público de una Axerquía totalmente en silencio..
Paco sigue destilando magia por los 4 costados y esta vez me gustó como se dosifica, como se deja llevar cuando lo pide el tema, como comparte los temas con sus compañeros, en fin, Paco de Lucía toca la guitarra pero tiene ese algo más inexplicable, inaprensible pero apreciable de inmediato, que es lo que diferencia a un músico genial de un guitarrista que toca muy bien.
2 menciones especiales en esa noche, la primera para Antonio Serrano, haciendo fácil lo difícil, tocando la armónica con una maestría increíble. Todavía recuerdo un momento en que metía unas falsetas por bulerías que me dejaron clavao a las escaleras del teatro (el teatro estaba a reventar y había gente sentada hasta en los accesos).
La segunda mención es totalmente merecida para El Farruco que bailó con una entrega y una fuerza que parecía que iba a echar abajo las gradas del teatro. Absolutamente magistral.
Las pocas palabras que dedicó a Paco, que había hecho un alto en su gira por Europa del este para visitarnos, fueron de agradecimiento para todos y en especial a 3 grandes guitarristas cordobeses o afincados aquí: Vicente Amigo, Tomatito y Leo Brouwer.
Como momento a destacar de la noche para mí, Campanas del alba, una seguiriya con toda la barba.
Mark Knopfler
Sin duda, el concierto más caluroso de todo el festival. En el albero de la plaza de toros de Los Califas hubo varios desmayos antes de empezar el concierto debido al calor asfixiante.
Ecos celtas para empezar con Border reiver para continuar con What is it? y Sailing to Philadelphia, unos de los pocos temas que conozco de Mark en solitario.
El sexto tema es Romeo and Juliet y me vengo arriba. La plaza se viene abajo en aplausos y corea el oé-oé-oé-oé, al que se une la banda con un ritmo de pachanga y Mark improvisa encima, momento muy divertido.
Sigue con Sultans of swing y soy feliz. Sigue con un Done with Bonaparte excesivamente largo para mi gusto y tras 2 temas más llega Telegraph Road, como siempre, una historia bien contada y con un solo épico como pocos.
En los bises Brothers in arms con buenos rellenos de guitarra y excelente solo y la sorpresa de la noche, al menos para mí, toca So far away. Me encanta esta canción, sencilla, estribillo fácilmente recordable y recuerdos de buenos tiempos.
Para terminar, Piper to the end, retomando los ecos celtas, un tema realmente evocador, aunque hubiera preferido que en esa línea hubiera tocado Going home, pero esa fue otra época.
Algunas señoras mayores echándole la bulla a gente que cantaba las canciones "y no le dejaban escuchar al de "Diristrís". Fueron conveniente y educadamente mandadas a tomar algo más que viento fresco.
Serrat
Al principio iba predispuesto a que me gustara, la mejor clase de literatura que tuve fue una en que llegamos a clase y nuestra profesora empezó con eso de "Umbrío por la pena, casi bruno, porque la pena tizna cuando estalla...". Comenzó Serrat disculpándose diciendo que era un concierto cerrado, sólo con versos de Miguel Hernández por motivo del centenario de su nacimiento.
Y ya empezamos la jodienda. ¿Por qué tienen que ser siempre los aniversarios múltiplos de 5 o 10? ¿Y por qué tiene que ser un concierto cerrado? Vale que sea el aniversario, pero la gente, aparte de ir a escuchar versos de Miguel Hernández, va a ver a Serrat y espera escuchar temas suyos. Cierto es que el Nano se disculpó diciendo que volvería en otra ocasión y tocaría grandes éxitos "y hasta discos dedicados", pero estas cosas se avisan en el cartel, no ya dentro del concierto.
Por lo demás, buen concierto con un Serrat con una voz en muy buen estado de forma con momentos espléndidos como un algo acelerado "Menos tu vientre" o ese preludio en el que Serrat nos cuenta cómo estando Miguel Hernández en la cárcel recibe una carta de su esposa Josefina contándole que ya sólo les queda una vieja gallina como recurso para comer, ya que la última cabra con cuya leche alimentaban a su hijo, se la han llevado.
Miguel, al enterarse de esto, desde su celda escribe lo que sigue y todo el Teatro de la Axerquía aplaude con un nudo de rabia y tristeza en la garganta por lo que pasó.
Deep Purple
En los minutos previos al comienzo del concierto se olía en el ambiente que se avecinaba algo grande, sonó Rockin' in the free world de Young y lo que era intuición se volvió certeza.
Comienzan con Highway star y la gente nota extraña la voz de Ian Gillan. Le sigue Strange kind of woman, una de mis favoritas y al final de la canción en el duelo voz-guitarra, se entona y vuelve la tranquilidad al respetable.
El concierto transcurre en un ambiente de camaradería entre ellos como en pocos grupos de los que haya visto. Un Gillan bromeando con sus compañeros, Ian Paice haciendo magia con su batería y un Roger Glover con pinta de abuelete venerable entregado con el público.
Mención especial para Steve Morse, que a la vez que desplegaba todo su arsenal de recursos guitarreros, tenía una sonrisa de oreja a oreja durante todo el concierto, agradeciendo la entrega del público.
A la que vez que nos mostraba sus guitarras Music Man y amplificadores Engl, Steve brilló con luz propia con esa forma de tocar punteando cada nota con la púa (picking) frente al típico fraseo de rock que tira más para el estilo legato, o sea, con una articulación basada en ligados ascendentes y descendentes.
En la intro de When a blind man cries, para mí la canción de esa noche, Morse hizo un despliegue de medios con sus intros arpegiadas, efectos de violín jugando con el volumen, uso de palanca de vibrato y un saber dosificar los efectos magistral.
Siguieron canciones como Knocking at back door, Lazy, Perfect Strangers, (con corte eléctrico de un par de minutos incluido), un Space truckin' soberbio, como no Smoke on the water para redondear la noche y como bis Hush (con una intro del Going down) y Black night.
En esta ocasión meritoria fue la labor de Pilar Cobos, periodista del Diario Córdoba, quien consiguió viajar en el tiempo y ver a los Purple tocar Child in time en el Festival de la Guitarra de este año. Sabido es que esta canción es una de las más difíciles de cantar por sus agudos extremos y que Ian no podría cantarla ahora ni aunque un tiraboleiro le meciera las pelotas.
Johnny Winter
Sabía a lo que iba en este concierto, sabía que iba a ver a un señor con la salud deteriorada y que tocando no está al 100% ni en precisión ni en velocidad, pero aún enfermo, este bluesman deja callado al cabo de un turnaround a más de un guitarrista la mar de sano.
Empezó la banda de acompañamiento con un tema instrumental, con un guitarrista competente pero con una señal demasiado procesada en chorus. Al término de la intro, llega Winter por su pie pero con evidentes problemas para andar, se sienta y coge su Steinberger que tiene al lado en un monitor y empieza con un instrumental que enlaza con otro que es nada menos que Hideaway de Freddie King.
Johnny toca con los ojos cerrados todo el tiempo y a cada canción da un trago a una botella de agua que tiene a su lado. La cosa se calienta con uno de mis temas favoritos, She likes to boogie real low, después continúa con el clásico Good morning little schoolgirl, Miss Ann, un Blackjack con muy mala leche, para seguir con "I'm tore down", esta vez con el batería cantando.
Toca Lone Wolf y le sigue un Don't take advantage of me que suena brutal, la gente aplaude con entusiasmo y por un momento se pone el teatro a media luz y Winter entreabre los ojos, como saliendo de un duermevela y en su rostro se pudo ver una expresión de agradecimiento que me conmovió.
Hace su tributo a Hendrix con Red house, sigue con Bony Maronie y nos hace creer que esto se acaba con It's all over now. Pero la gente está calentita y sale de nuevo con su Gibson Firebird.
Cae primero Mojo boogie con un slide a veces algo errático, pero acaba con un Highway 61 realmente brillante, con un solo lleno de ideas y con guiños al final al Third stone from the sun, de nuevo Hendrix para guiarnos en el camino y unos acordes finales que me recuerdan al final del Stone dead forever de Motörhead, aunque podría ser también el de otra canción. ¿Sugerencias?
La gente se tira bastantes minutos aplaudiendo a rabiar, pero el espectáculo se ha acabado. Ha sido 1 hora y media casi de concierto y salgo con algunas buenas ideas para fraseos. No se puede pedir más.
Joe Bonamassa
Fue un buen concierto pero con demasiada pirotecnia guitarrera que encantaba al público pero a mí más de una vez me dejaba frío. Canta bien, pero se contiene, ejemplo perfecto de ello fue las versiones de So many roads de Otis Rush y Young man blues de The who, canciones en las que se echaba de menos más rajo en la voz.
Sin embargo en temas como la sensacional Sloe Gin y Blues deluxe se dejó llevar y nos dejó a todos pasmados ante unos solos bien paridos, dosificados a ratos y lanzados en otros y con montones de ideas melódicas por todos lados.
Acabó con un Bird on a wire de Cohen con un solo sencillo pero precioso y Just got paid de los ZZ Top, con referencias en la intro y en el solo completo a Dazed and confused de los Zeppelin. En ese momento me entraron ganas de que empezara el concierto de nuevo, ahí sí que me puse calentito.
Paco de Lucía
Noche de calor, ¡joé qué caló!. Con Antonio Sánchez a la otra guitarra, el Piraña en la percusión, El Farruco al baile, Alain Pérez al bajo, Antonio Serrano a la armónica y teclados y Duquende y David Maldonado al cante, salieron a escena y como siempre se armó bien armada desde que empezó con su soleá Antonia hasta el final con Entre dos aguas y un baile por parte del hijo de El Farruco, ya con el equipo de sonido apagado, que dejó encantado al público de una Axerquía totalmente en silencio..
Paco sigue destilando magia por los 4 costados y esta vez me gustó como se dosifica, como se deja llevar cuando lo pide el tema, como comparte los temas con sus compañeros, en fin, Paco de Lucía toca la guitarra pero tiene ese algo más inexplicable, inaprensible pero apreciable de inmediato, que es lo que diferencia a un músico genial de un guitarrista que toca muy bien.
2 menciones especiales en esa noche, la primera para Antonio Serrano, haciendo fácil lo difícil, tocando la armónica con una maestría increíble. Todavía recuerdo un momento en que metía unas falsetas por bulerías que me dejaron clavao a las escaleras del teatro (el teatro estaba a reventar y había gente sentada hasta en los accesos).
La segunda mención es totalmente merecida para El Farruco que bailó con una entrega y una fuerza que parecía que iba a echar abajo las gradas del teatro. Absolutamente magistral.
Las pocas palabras que dedicó a Paco, que había hecho un alto en su gira por Europa del este para visitarnos, fueron de agradecimiento para todos y en especial a 3 grandes guitarristas cordobeses o afincados aquí: Vicente Amigo, Tomatito y Leo Brouwer.
Como momento a destacar de la noche para mí, Campanas del alba, una seguiriya con toda la barba.
Mark Knopfler
Sin duda, el concierto más caluroso de todo el festival. En el albero de la plaza de toros de Los Califas hubo varios desmayos antes de empezar el concierto debido al calor asfixiante.
Ecos celtas para empezar con Border reiver para continuar con What is it? y Sailing to Philadelphia, unos de los pocos temas que conozco de Mark en solitario.
El sexto tema es Romeo and Juliet y me vengo arriba. La plaza se viene abajo en aplausos y corea el oé-oé-oé-oé, al que se une la banda con un ritmo de pachanga y Mark improvisa encima, momento muy divertido.
Sigue con Sultans of swing y soy feliz. Sigue con un Done with Bonaparte excesivamente largo para mi gusto y tras 2 temas más llega Telegraph Road, como siempre, una historia bien contada y con un solo épico como pocos.
En los bises Brothers in arms con buenos rellenos de guitarra y excelente solo y la sorpresa de la noche, al menos para mí, toca So far away. Me encanta esta canción, sencilla, estribillo fácilmente recordable y recuerdos de buenos tiempos.
Para terminar, Piper to the end, retomando los ecos celtas, un tema realmente evocador, aunque hubiera preferido que en esa línea hubiera tocado Going home, pero esa fue otra época.
Algunas señoras mayores echándole la bulla a gente que cantaba las canciones "y no le dejaban escuchar al de "Diristrís". Fueron conveniente y educadamente mandadas a tomar algo más que viento fresco.
5 comentarios:
Olé, peaso crónica compadre.
Gran crónica muchacho!! Ya podías colgarla en Requesound que está un poco muerto últimamente.
Opino lo mismo que tú del Bonamassa; ese tío es un pesao que visto media hora, visto para toda la vida... malditos ejercicios de estilo.
Vaya festivalazo por cierto!! Un año de estos asalto Córdoba por esas fechas.
Saludos!!
Siempre dices lo mismo y no bajas, maricona !!!
Será que no te hemos invitao !!!
Estamos mu lejos y mu ocupaos!!
Pero sabemos que seremos bien recibidos.
a 100 € la habitación fíjate si seréis bienvenidos en casa !!! ;-)
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