Hace unos años, el Maligno se apareció por los cerros de Ubeda y pilló a tres zangalitrones por esos lares en no se sabe aún qué actividad clandestina.
A la vuelta de dicho encuentro, su comportamiento su tornó harto sospechoso. A Jimena le dio por hacer acopio de calabazas secas para usarlas como baquetas hasta que ahorró para maracas.
Por su parte, Paco Luis hizo acopio de todos los barreños del pueblo a cambio de cambalaches carnales con las lugareñas. El resultado: un incremento en el censo a los 9 meses de aquello y varias señoras llevando la ropa a tender en cubetas de fregar.
Por último, a Perico le dio por afinar la guitarra de manera extraña y tras intentarlo con cuellos de botellines rotos, decidió acabar con las barras de las cortinas de los bares para posteriormente cortarlas y hacerse unos slides.
Temerosos de su mala vida y del extraño advenimiento acaecido allá en los cerros, invocaron a la Virgen de Guadalupe para que los amparara bajo sus destellos plateados.
Si fuéramos perros, oleríamos el peligro y saldríamos chasqueaos antes de un concierto de ellos, pero como no tenemos remedio, nos quedamos mirando, hipnotizados, empapados en sudor y bailando con las zapatillas escupiendo llamaradas.
Al final acabamos volviendo a casa, rotos y con los huesos quemando...
Felicidades, chavalotes, este año para el Cazorla Blues nada menos.
A la vuelta de dicho encuentro, su comportamiento su tornó harto sospechoso. A Jimena le dio por hacer acopio de calabazas secas para usarlas como baquetas hasta que ahorró para maracas.
Por su parte, Paco Luis hizo acopio de todos los barreños del pueblo a cambio de cambalaches carnales con las lugareñas. El resultado: un incremento en el censo a los 9 meses de aquello y varias señoras llevando la ropa a tender en cubetas de fregar.
Por último, a Perico le dio por afinar la guitarra de manera extraña y tras intentarlo con cuellos de botellines rotos, decidió acabar con las barras de las cortinas de los bares para posteriormente cortarlas y hacerse unos slides.
Temerosos de su mala vida y del extraño advenimiento acaecido allá en los cerros, invocaron a la Virgen de Guadalupe para que los amparara bajo sus destellos plateados.
Si fuéramos perros, oleríamos el peligro y saldríamos chasqueaos antes de un concierto de ellos, pero como no tenemos remedio, nos quedamos mirando, hipnotizados, empapados en sudor y bailando con las zapatillas escupiendo llamaradas.
Al final acabamos volviendo a casa, rotos y con los huesos quemando...
Felicidades, chavalotes, este año para el Cazorla Blues nada menos.
Guadalupe Plata - Pollo Podrío from NYSUfilms on Vimeo.