El domingo pasado nevó por aquí. Iba a por el pan al único sitio que quedaba abierto y, mientras estaba mirando la fruta como si fuera la escena de El Padrino (esa es mi cara de los domingos), empezó a nevar.
De vuelta de la panadería había una señora mayor, muy mayor, esperando en la parada del autobús y estaba mirando un árbol todo desangelao que había enfrente y sobre el que empezaba a caer la nieve.
No sé por qué, pero me paré a mirarlo yo también. Y esa mujer, que parecía no poder ni con su pellejo, empezó de repente a reírse y a cantar bajito pero tela de bien la canción de este vídeo.
Antes de llegar al final, llegó el autobús y se despidió.
No sé si Dios está en las pequeñas cosas como dijo alguien, pero cosas como ésta te hacen sentir vivo.
De vuelta de la panadería había una señora mayor, muy mayor, esperando en la parada del autobús y estaba mirando un árbol todo desangelao que había enfrente y sobre el que empezaba a caer la nieve.
No sé por qué, pero me paré a mirarlo yo también. Y esa mujer, que parecía no poder ni con su pellejo, empezó de repente a reírse y a cantar bajito pero tela de bien la canción de este vídeo.
Antes de llegar al final, llegó el autobús y se despidió.
No sé si Dios está en las pequeñas cosas como dijo alguien, pero cosas como ésta te hacen sentir vivo.
1 comentario:
Sin duda. Lo malo es que haya mucha gente que no se para a disfrutar esos momentos. Por cierto, gran canción y enorme grupo.
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