Nunca te entregues ni te apartes, junto al camino nunca digas "no puedo más y aquí me quedo".
Estas palabras de José Agustín Goytisolo, resonaban en mi cabeza cuando me enteré de que se nos ha ido Mercedes Sosa.
Porque su vida fue lucha a lomos de una guitarra con cuatro verdades que lanzar al viento. Ella que tenía lodazales eternos de pena en los que revolcarse, nunca lo hizo y se mantuvo en pie hasta el final.
Ella continuó cantando orgullosa, digna e íntegra ese Gracias a la vida, esa misma vida a la que su autora, Violeta Parra, le dió un portazo de sangre en la carpa de La Reina en febrero del 67.
Ayer murió una mujer.
Estas palabras de José Agustín Goytisolo, resonaban en mi cabeza cuando me enteré de que se nos ha ido Mercedes Sosa.
Porque su vida fue lucha a lomos de una guitarra con cuatro verdades que lanzar al viento. Ella que tenía lodazales eternos de pena en los que revolcarse, nunca lo hizo y se mantuvo en pie hasta el final.
Ella continuó cantando orgullosa, digna e íntegra ese Gracias a la vida, esa misma vida a la que su autora, Violeta Parra, le dió un portazo de sangre en la carpa de La Reina en febrero del 67.
Ayer murió una mujer.
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